Nantes

Antes de la Segunda Guerra Mundial, Nantes era la capital de Bretaña. Su núcleo urbano ya supera el de Burdeos y es la sexta ciudad más grande de Francia. Se encuentra a la orilla del Loira y a sólo 55 km de la costa.


Aunque hicimos noche en el camino, cerca de la frontera, Nantes fue nuestra primera parada. Nos alojamos en el Hotel Pommeraye. Todo un éxito, aunque la verdad es que no fue un descubrimiento nuestro, sino que la guía que llevábamos (Francia, Lonely Planet) lo recomendaba. Muy bien situado, en el centro, junto a la Rue Crebillon. Muy tranquilo y agradable, de precio muy asequible. Aunque no tiene parking, hay uno cercano concertado con el hotel. La verdad es que estaba genial, para pasar más de un día en Nantes. Las habitaciones estaban decoradas de forma muy elegante y además se clasifican como las tallas de ropa: M, L, XL y XXL!

Otro sitio que también os recomendamos es la brasserie La Cigale. Está en la plaza Graslin, frente al teatro. Es genial! tiene varios salones, decorados con azulejos de 1890 y frescos en el techo, camareros de delantal blanco, para disfrutarlo un rato. Se llama así por la fábula de la Cigarra y la Hormiga.


En Nantes no puedes dejar de visitar el Castillo de los Duques de Bretaña. Ha abierto sus puertas recientemente, ya que durante estos últimos 15 años han estado restaurándolo. En el interior se puede visitar un mueso dedicado a la historia de la ciudad (5 eur), pero la entrada a las murallas, al patio y al jardín es gratuita.

Otro sitio muy chulo es el Pasage Pommeraye, es una galería comercial de tres plantas, que se construyó en 1843. Aunque en París visitamos alguna galería, ninguna de las que vimos fue más bonita que esta. La pena fue que estaban restaurando la escalinata y no pudimos verla.
Visitamos también la Catedral de St. Pierre y vimos la Iglesia de la Sta. Cruz. Nantes es la ciudad natal de Julio Verne, por lo que posee el Museo Julio Verne (3 eur), pero no tuvimos tiempo a visitarlo.

El casco antiguo de Nantes está en torno al barrio Bouffay, lleno de casas entramadas y por supuesto "creperies". Cenamos genial en una llamada La Flor de Sal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ahí es donde quiero ir yo a nantes, pero antes tengo que ahorrar una pelilla y eso si buscar un hueco e mi apretada agenda, ta muy bien esti blog

Anónimo dijo...

En esta actualización también me había leído lo del hotel. me mola eso y lo de los restaurantes. ya sabes, la buena vida. Paso de las fechas de construcción y eso, jejeje